Ya no me llueve más

Al final el granizo me terminó haciendo un favor. ¿Se acuerdan que me rompió el techo? Bueno, como oportunamente les conté, eso requirió un arreglo un tanto doloroso (por suerte solo en lo económico, no hubo que romper más que lo que ya había roto el granizo, no se generó polvillo, ni demás cosas molestas).
Lo positivo es que cambié las láminas opacas de fibra vidrio/ poliacrílico/ o no sé que cornos que tenía (que pobrecitas ya estaban bastante arruinadas por el paso del tiempo aún antes del granizo). Y las que puse, en lugar de ser opacas como las anteriores, son traslúcidas, algo así como un vidrio esmerilado pero plástico. Con lo cual ahora tengo muchísima más luz en toda mi casa ya que el susodicho techo es la principal fuente de luz natural hogareña. Toda una sorpresa hoy cuando terminaron de instalarlo y lo cerraron, parecía que seguía abierto de la luz que entraba! pero sin el chiflete helado, por suerte.
Así que ahora estoy endeudada pero iluminada, ¡una maravilla!