Monday, April 03, 2006

Coletazos de los 30 años

Cuando comenzaron la represión y persecuciones, allá por el '76, muchos quemaron todos sus libros que pudiesen ser considerados 'peligrosos'. Haydeé, la madre de mi amiga Vivi, en cambio, decidió esconderlos, salvarlos de la hoguera, para asi recuperarlos cuando las condiciones reinantes lo permitieran. Fue así que los trasladaron de la casa de sus padres a la de sus suegros y los enterraron en el jardín, tomando como referencia la puerta del galponcito.
Cuando Vivi se enteró de esta historia, su madre decía que era una caja grande, casi enorme. Su padre, Jorge, en cambio, le respondía que tan grande no, que él había trasladado los escritos de casa en casa y no había sido trabajoso.
Después de 30 años, el galponcito de referencia ya no está. Asi que hubo que hacer una convención familiar (con abuela incluida) para recordar las coordenadas de dónde podría estar la caja. No estaba muy profunda, en eso coincidían todos.
Los encargados de cavar fueron Vivi y Juan, su hermano. No fue dificil encontrar el tesoro, la memoria de todos había funcionado a la perfección en la reconstrucción. No era una caja sino un paquete, envuelto en 2 bolsas, que a pesar de los recaudos habían permitido el paso de la humedad.
El recuerdo de Jorge era correcto, no era tan grande. El recuerdo de Haydeé también, con solo ver una palabra en cada uno de los libros y escritos, podía recitar el título completo de la obra. Y vaya uno a saber cuántos datos más.
Por obra de la humedad y el tiempo, tienen dudas de poder volver a leerlos, cuestiones técnicas solamente, que ellos esperan poder resolver con un poco de sol y un poquito más de tiempo sobre los libros que por fin vieron la luz de nuevo.
Vivi me decía que la idea original al enterrarlos era sacarlos cuando las condiciones lo permitieran. Parece que después de 30 años, las condiciones, para ellos, llegaron.
b.

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6 Comments:

Blogger Gaby said...

Qué tristeza!!! Si tuviera que esconder mis libros y ocultar mi música, me muero en vida!!! Son una de las pocas cosas materiales que realmente me mantienen viva. Pero claro, esos infelices no podían permitir que la gente pensara o fuera el "soporte ideológico de la subversión". Qué los parió!!!

4/03/2006 10:54 PM  
Blogger Kairel said...

El camino de treinta años. Qué lindo sabor!!!!!!!

4/03/2006 11:36 PM  
Blogger b. said...

gaby, en esa época no eran solo libros y música, hasta a la gente había que esconder! Y de mucha gente había que esconderse...

kairel, coincido. Lo que más me emocionó de esta historia, fue por un lado lo pequeño, en cuanto a algo muy personal y privado, comparado con La Lucha, expresada por la masiva afluencia al aplaza. Y por otro lado, lo doloroso que debe de haber sido para Haydeé y Jorge el tener que enterrar esos libros. Andá a saber cuántas cosas más enterraron con ellos que recién hoy, a 22 años y pico de la vuelta a la democracia, pudieron ir a desenterrarlos. Y cuánta alegría me da enterarme de estas pequeñas (pero gigantes) historias, de esas heridas que de a poco van empezando a curarse.

4/04/2006 1:36 AM  
Blogger Flor said...

b.: me hiciste recordar una escena de cuando yo tenía once años y mis padres aún escuchaban discos en tocadiscos. Había algunos discos que estuvieron enterrados hasta el año 84 y que no se pueden escuchar nunca más porque la humedad los estropeó. Aún así mis padres fueron incapaz de tirarlos. Lo mismo con algunos libros. Ahora recuerdo un libro de Albert Camus "La Caída" que sobrevive en uno de los estantes de la biblioteca de la casa de mis padres y que no se puede casi abrir por tener las páginas quebradas. Alegoría de otras cosas, ¿verdad?

4/04/2006 12:24 PM  
Blogger Luciano said...

Lo mismo mi vieja, que por miedo quemo no se cuantas cosas.
Que triste.

4/04/2006 5:06 PM  
Blogger b. said...

flor, sin duda que lo que más impacta de esto es el paralelismo con otras cosas que pasaban por aquellos años. Seguramente que La Caída de Camus puede ser conseguido en cualquier librería.Y en una versión legible, además. Pero jamás será ESA caída y todo lo que representa.

luciano, creo que es muy triste, pero fundamentalmente aterrorizante. Es la clara muestra (el quemar, el esconder y la destrucción por el tiempo de lo escondido), de lo que estos hijos de puta nos hicieron en la cabeza. Y digo nos como sociedad entera. Pero el poder seguir sacando las cosas escondidas por el miedo, significa que ese miedo no se arraigó tan profundo. Aunque cueste, está saliendo.

4/05/2006 1:32 AM  

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